Fotos
El edificio intermodal y de conexión con las Terminales A y B se caracteriza exteriormente por una fachada que está mas allá de la propia dimensión del edificio, ya que se intenta establecer una continuidad entre las fachadas de la Terminal B, desde el mural de Miro y de la Terminal A.
El proyecto plantea una fachada neutra para no crear mimetismos con las fachadas actuales. Por eso se propone una fachada de lamas verticales de aluminio, que se alinea con las fachadas de las terminales vecinas.
El volumen del nuevo edificio se sitúa separado del nuevo cierre de fachada y actúa como un volumen independiente, con una envolvente de cuatro fachadas con doble piel. La piel interior es de pavés opal, mientras que el exterior es de policarbonato. El espacio intermedio sirve como galería de servicios.